Leyendo
descripciones en múltiples webs y blogs de lo que representa la ruta de
la Olla de San Vicente, nos encontramos con variedad de datos
geográficos de la situación, alcance, flora, etc.
Entendemos que la información de una de las excursiones más destacables de nuestra Comunidad Autónoma tiene que tomar carta de naturaleza propia comenzando la “literatura” con lo que representa desde un punto de vista primero emocional y luego a mucha distancia práctico.
Entendemos que la información de una de las excursiones más destacables de nuestra Comunidad Autónoma tiene que tomar carta de naturaleza propia comenzando la “literatura” con lo que representa desde un punto de vista primero emocional y luego a mucha distancia práctico.
Decir
que estamos en Amieva, que el río Dobra se alimenta del Jungumia, del
río Osu y la presa de la Jocica es pura geografía, que justo donde se
convierte en afluente del Sella comienza nuestra ruta, también. Sin
embargo asegurar que sus aguas se pueden beber en todo su trayecto, que
son absolutamente cristalinas, que en lo más profundo del verano su
temperatura sigue siendo tremendamente fría, que sus cascadas, rápidos, saltos,
pozos, etc., son poco frecuentes de ver por otras latitudes; eso, nos
abre más los ojos.
Que
en nuestra marcha de hoy encontraremos especies de olmos, fresnos y
sauces primero y castaños, robles y hayas luego, es demostrable. Pero es
más interesante hablar de sus colores, de que apreciemos sus
tonalidades y contrastes en cualquiera de las épocas del año en que
vayamos. Y de que nos sorprendamos y colaboremos, en esa medida, de su
conservación y respeto.
Es
repetido que la N 625, (en el puente romano de Cangas de Onís tomar a
la dcha.), en su km. 150, es decir a 5 km. de Cangas y a 1 km de Tornín
en dirección al Puerto del Pontón, nos encontramos con un restaurante a
la dcha. y poco más allá otro a la izda. (con parking propio para
clientes). Por allí dejaremos el coche y nos dará tiempo a volver para
la comida si elegimos esta opción.
Para
bañarse, si realizamos la marcha en época adecuada a ello, es
preferible agotar el trayecto, pues aunque alguno de los parajes incite a refrescarse,
la piscina natural de la propia Olla supera cualquier dimensión. La
sensación que sentimos cuando desembocamos en lo que se puede considerar
el final de la caminata es que accedíamos a un escenario de un estudio
cinematográfico de "exteriores", totalmente artificial por su hermosura.
Es algo indescriptible que te sorprende y emociona.
No
muchas rutas por Asturias son apropiadas para acometerlas en plan
familiar, pues bien, si hay una es ésta, y si más hubiera, sin duda se empezaría
por ella, por La Olla, tanto por distancia, como por belleza, por comodidad, carecer de dificultad, etc.
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En el puente medieval |
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El agua toma colores verdosos |
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Es un Edén para la fotografía |
En agosto pasado el aspecto de la Olla era completamente diferente