Hacía tiempo que rondaba por
nuestra cabeza acercarnos a Montgarri.
En las distintas y frecuentes ocasiones en las que bien en coche por la C 142b, bien esquiando por una combinación de sillas y pistas, desde Baqueira nos habíamos acercado a Beret, habíamos sentido la curiosidad de conocer un valle que, en general para los turistas de temporada invernal, hasta hace bien poco, era una incógnita a despejar.
En las distintas y frecuentes ocasiones en las que bien en coche por la C 142b, bien esquiando por una combinación de sillas y pistas, desde Baqueira nos habíamos acercado a Beret, habíamos sentido la curiosidad de conocer un valle que, en general para los turistas de temporada invernal, hasta hace bien poco, era una incógnita a despejar.
Quizá en buena medida
promocionado por un empresario –cuyo nombre no viene al caso- unido a las
ofertas de trineo de huskies, excursiones con caballos y motos de nieve, han
iluminado o motivado la intrínseca virtud del ser humano de conocer, investigar
y disfrutar descubriendo personalmente algo que incluso otros ya te habían
iniciado, y de ahí el éxito de la propuesta.
Así la ruta Beret-Montgarri, con
sus diversas modalidades de marcha, es hoy por hoy un acicate más si cabe de
los muchos atractivos de por sí que esta zona del Valle de Arán nos ofrece tanto
en verano como en invierno.
Esto unido a nuestro interés por
“raquetear” han derivado en dedicar un día de “no esquí”, (y los esquiadores
sabemos el esfuerzo mental que significa prescindir de ello) para dedicarlo a
raquetas por una ruta de las que no se olvidan.
Desde la parte más alta y alejada
del aparcamiento de Beret, al fondo, desde justo al lado de la nave verde del
fondo, comienza para nosotros una pista/senda hacia el norte, que difícilmente
por mucha nieve que haya, pierde señalización, horizontalidad y referencia.
Esta ruta denominada GR-211, nace realmente desde la misma frontera con Francia,
a la altura de Vilamós, Benós o Begós, que exactamente lo desconocemos.
Una vez aparcados en el Pla de
Beret, avanzamos con las raquetas montadas desde el inicio disfrutando de lo
lindo de los paisajes nevados a larga distancia, los pinos sosteniendo mantas
de nieve de modo increíble, y el río, La Noguera Payaresa , a nuestra
derecha. El desnivel es suavemente descendente en general durante la primera mitad del recorrido.
El silencio del ambiente sólo se
rompía a cada paso con la monotonía del chasquido de la nieve al romper
aprisionada por la presión de los dientes de acero y las rejillas de plástico
de nuestros suplementos de calzado. Era notable el gorjeo de los pájaros y con
ello todo aparecía como idílico. En honor a la verdad, y para devolvernos a una
realidad materialista y mercantilista, un tropel de motos de nieve pasaban
zumbando de vez en cuando de modo inesperado dejando a su espalda atmósfera
contaminada de olor a gasolina a medio quemar y roto el silencio con su
ensordecedor bramido. Nada es perfecto para todos y por completo.
Bordeamos por la derecha la
enésima casa del empresario precitado en Cu de Parros y al poco nos
encontrábamos en Mair de Diu de Montgarri (1.723 m .) Para el
tentempié.
Hubiéramos podido emprender la
vuelta por la denominada Pista de Bonabé, por la margen
izquierda del Río Noguera y paralela a la de llegada, con el objeto de circularizar el recorrido, pero con motivo de la
nieve que arreciaba, lo avanzado de la hora y el consejo de un monitor que supusimos experto, optamos por volver por donde vinimos.
Distancia: 13 Km
Desnivel acumulado de subida: 310 m
Dificultad: Baja
Duración: 4 h
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Pasamos por Baqueira |
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Por su cota 1.800 |
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Las vistas en un día claro embelesan |
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Arrancamos desde la parte norte del parking (cota 1.844 m.) |
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Nos armamos para la marcha |
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Hacia el norte |
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