4 de enero de 2018

Pico Llosorio desde Ablaña


El Pico Llosorio (998 m.), cumbre escogida para la excursión de hoy, se sitúa en el Cordal de Cuba, al sur de la Sierra de Gobia y el Cordal de Meruxiega, al norte del Cordal de las Segadas y al este de las Sierras de Muriellos y del Aramo. A su este, y muy cerca, se levanta con todos sus barrios Mieres del Camino.
El Llosorio no es alto ni notable, pero se perfila sin embargo como objetivo de frecuentes visitas al ser accesible desde muy distintos puntos de origen pudiendo incluso aproximarse en vehículo, llegado el caso, hasta muy cerca de su cima.
En esta ocasión nosotros nos dispusimos a acometerlo desde Ablaña, a fin de alcanzar un desnivel y una longitud a superar acordes con nuestra intención   o disposición óptima.
Así pues, nada más cruzar Ablaña, en San Martiniego, abandonamos el vehículo comenzando a caminar por carretera por todo el valle  de San Nicolás  de Ablaña.
Avanzamos por Las Quintanas, La Llerosa, donde se encuentra el pozo de carbón Nicolasa, y al poco una desviación nos saca del asfalto hacia Conforcos, -la continuidad por carretera nos llevaría a Llanu la Tabla-.
Una ancha pista de no menos de cinco metros nos empieza a subir con pendiente moderada hacia el Collado de la Vara, que separa el pico Caneo o Rasón (939 m.) del Llosorio (998 m.). En la cima de éste último nos hallaríamos al poco sin excesivo esfuerzo.
Como siempre, tras la sesión fotográfica, reanudamos la marcha hacia el este. Pasamos por todo el cordal de Gallegos: con el Pico Cueva (855 m.) y el Cordal de Seana; y, ya hacia el norte, por los picos Roíles (695 m.), con vértice geodésico, y Seana (671 m.).
Cruzando la Campa Balón accedimos en las Llamargas al Mirador de Seana, sobre la misma villa de Mieres, con unas impresionantes vistas en todos los puntos cardinales.
Sólo nos restaba descender por una cómoda pista hasta Llanu la Tabla, donde comentaríamos con los lugareños sobre su pequeño, pero enormemente entrañable cementerio; para continuar, ya por estrechísima carretera, hasta Braña Castañar, La Llerosa y de nuevo al coche en Ablaña.




Distancia: 19,1 km.
Desnivel acumulado de subida: 987 m.
Dificultad: Baja
Duración: 6 h 35 min.




Pozo Nicolasa, donde trabajaba mi abuelo y del que lo sacaron "a pasear" y nunca más apareció


Vamos por Conforcos

A pesar del letrero hay que pasar


Vemos a lo lejos El Llanu la Tabla por donde pasaremos por la tarde a la vuelta

Valle San Nicolás de Ablaña

Subiendo los últimos metros del Pico Llosorio

En la cima

Vista al norte

Vista norte  desde más cerca (Oviedo y Gijón)

Oviedo

El Musel de Gijón

De norte (Ablaña) a este (Mieres)

NW

NW

 Al NW Lugar de Abajo de Morcín entre Monsacro (de frente) y La Peña (a dcha)

Con zoom

Este

Este

Aramo (suroeste)

Gamoniteiro (sur)

Tras el Xistras

Con zoom
Se puede apreciar la subida al Angliru por delante de la Gamonal (W)

Al SE Villar de Gallegos

Destaca al SE el Torres por el centro



Macizo de Ubiña con el Cuchillar de Peña Rueda en 1er término

Descendiendo

... y mirando atrás, a la izda. el Llosorio...

... y a la dcha. el Rasón o Caneo

Sur

Bajamos al este por el cordal de Gallegos


Por la Riga

El picudo LLosorio y a su dcha. el Rasón

En el Pico Roíles


Abajo, al este, Mieres

Nos aproximamos al mirador de Siana


Térmica de la Pereda


Paco, Eliseo y Manolo





Con zoom, en otra dirección, se aprecia hasta el Calatrava


Queda un vecino en el Llanu la Tabla

Aquí, en Braña Castañar, casa de mis abuelos Pepe el Guardia y Mercedes, nació y vivió mi madre y sus cinco hermanos

Y aquí sus cenizas
Pinchada en el roble su última poesía póstuma

Monumento conmemorativo de la matanza de vecinos del Llanu La Tabla por supuesto aprovisionamiento a maquis. Fueron asesinados en la Fosa del Llanu donde ahora se encuentran dignamente enterrados.

De nuevo por Nicolasa


Frente a la parada del cruce de Ablaña, el coche



A continuación:  

EXCURSION COMPLEMENTARIA  (24-02-2019)
Habiendo realizado una ruta al pico Llosorio hace unos días y pasado por Braña Castañar, lugar de nacimiento de mi madre, observamos el deterioro físico de una de sus poesías plastificada y prendida al roble inmediato del depósito de sus cenizas –bajo el carrasco--.
Pasado un tiempo de manifiesta incomodidad, realmente pocos día, retornamos al lugar con un nuevo manuscrito, una nueva copia plastificada, aprovechando para, con un pequeño recorrido circular, hacer una visita al cementerio de la Fosa del Llanu, donde están enterradas las víctimas de una de las masacres de la guerra civil en Asturias: el episodio del Llanu la Tabla.
Dejando, pues,  el coche al lado del monumento que recuerda tal suceso, subimos por la carretera al Llanu la Tabla a fin de conversar con dos vecinos del lugar, tío y sobrino, supervivientes de aquel evento del año 38.
Ellos nos indican que bajando por la derecha llegaríamos al pequeño cementerio en la cota baja, y justo en el entronque de dos regueras. Una lápida con sus nombres deja, constancia del sitio, y recuerdo por los años del atroz asesinato.
Desde allí, y por la margen derecha del río, iniciamos el regreso. Al principio unos doscientos metros por el cauce del Reguero La Tabla, para después ir subiendo ligeramente por un camino no precisamente limpio y claro.
Tras librar un par de árboles caídos y algún tramo de incómodos arbustos alcanzamos el espacio donde teníamos el coche aparcado.


Recorrido circular en el sentido de las agujas del reloj


Cascada en la Fosa del Llanu

Cementerio de los ejecutados, cada año más deteriorado



El nombre de los asesinados


Iniciamos el retorno



Bajo el carrasco las cenizas de Nieves Cuesta Suárez y en el roble un trozo de su "Epílogo"



La inscripción de la losa homenajea a los asesinados del Llanu la Tabla en 1938 y enterrados en la Fosa del Llanu.

Una de las poesías de Nieves Cuesta Suárez nacida en Braña Castañar, donde reposan parte de sus cenizas.


Epílogo



16-VIII-2005



A mis 80 años



Hoy ya no tengo ayer,

ni tampoco mañana;

ni siento, ni padezco,

ni veo, ni oigo nada.



Quiero hacer una hoguera con mi vida,

que vuelen las cenizas por los aires,

sentirme libre, alegre, redimida,

no pensar, no sufrir, no acordarme de nadie…

Quiero que el viento lleve mis cenizas

lejos, muy lejos, donde no haya nadie,

por encima de todas las delicias,

hacia las altas cumbres y anchos mares.



No importa que la cumbre esté nevada,

que el mar sea negro y la noche eterna,

no tengo miedo, no me importa nada

porque estar muerta es sosiego y calma.

Se ha extinguido ya el fuego de mi vida,

se han quemado los restos de mis años.

He muerto anciana, feliz y agradecida;

atrás quedaron risas, amor y desengaños.



No lloréis por mi eterna despedida,

olvidaos de mi cuerpo y de mi alma.

Disfrutad mientras sigan vuestras vidas

que, aunque yo ya no esté…

¡no pasa nada!



Soy humo en el viento,

ceniza en el suelo,

sonrisa en recuerdo,

silencio, sosiego, …



Soy humo en el viento,

ceniza en la tierra,

el agua y el tiempo

borrarán mi huella…

De su puño y letra



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